«¡Pertenecéis a Odín!», clamó un grito de guerra en cientos degargantas en la batalla de Fyrisvollene, en el sur de Suecia, afinales del siglo X. Un grito que refleja bien el espíritu de losvikingos, guerreros paganos que durante más de dos siglosconmocionaron a la Europa cristiana. Fieles de Odín, se considerabanparte de su comitiva, por lo que la muerte en el campo de batalla noera algo que hubieran de temer: el Valhalla esperaba. Y si bien haciael final de la era vikinga los cansados dioses nórdicos fueronsustituidos por la palabra de Cristo, el furor en el combate y unaética que privilegiaba el honor de morir en batalla no marcharon conellos. Kim Hjardar, autor de Vikingos en guerra, obra ya dereferencia, repasa en su nuevo libro cómo la incesante búsqueda degloria y botín que llevó a los vikingos desde Escandinavia hasta elMediterráneo, y desde Irlanda hasta el mar Caspio, desató innumerables conflictos, que aquí destila en las más destacadas batallas de la era vikinga: los salvajes choques por tronos y reinos en Suecia oNoruega, los durísimos ataques contra ciudades francas como París oNantes, las incursiones que hicieron tambalearse a los reinosanglosajones, el increíble asalto contra Constantinopla, Miklagard,«la ciudad luminosa», o la batalla de Tablada, cuando los hombres denorte mordieron el polvo en al-Ándalus…, Arteras triquiñuelascomo la que empleó Hallsteinn para tomar lo que él creía Roma, cuandoera la pequeña ciudad de Luna, o épicos choques como Stamford Bridge,donde Harald Hardråde ganó siete pies de tierra inglesa, todo narradode tal manera que casi parece estar leyéndose una saga de la época.Cada batalla es contextualizada en su época y lugar, y se acompaña nosolo de cartografía sino de un enorme caudal de exquisitas fotografías de objetos arqueológicos y de vívida reconstrucción histórica quezambullen al lector en la acción. Así, mientras uno lee casi se siente arrojado en el inmisericorde juego de Odín y danzando el baile de las lanzas.