El día 2 de noviembre de 1327, conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, a la edad de 60 años fallecía en Barcelona el rey de Aragón, de Valencia, de Murcia, de Cerdeña, y conde de Barcelona. Había nacido en Valencia, como varios de sus antecesores en el trono, y pasó a la historia con el merecido calificativo de Jaime II el Justo. A Jaime II le tocó vivir una época apasionante, que fueron los años finales de la etapa de plenitud medieval, cuando comenzaron a detectarse las primeras señales que avisaban de no muy lejanas dificultades. Eran tiempos en los que las armas de la Corona de Aragón, tras las Vísperas Sicilianas, cosechaban victorias ?también alguna derrota? en todos los ámbitos: Murcia, Sicilia, norte de África, Cerdeña, el Imperio de Oriente, con protagonistas de nombres tan sonoros como Roger de Lauria, Bernat de Sarrià, Roger de Flor, Berenguer d?Entença y tantos otros, convertidos muchos de ellos en personajes de leyenda. Y mientras las armas imponían su ley, Jaime II, con su constancia y habilidad, triunfaba las más de las veces sobre un papado y un monarca francés poco dispuestos a ceder espacios de poder en el Mediterráneo y en la península italiana. Es el momento de la plenitud de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón.