Todas las sociedades tienen sistemas religiosos, a pesar del evidente coste que ello supone para los individuos y para la sociedad en su conjunto. ¿Qué hace que dichos sistemas resulten atractivos a los individuos? ¿Cómo se han desarrollado y evolucionado a lo largo de la historia? Durante mucho tiempo la ciencia se ha mantenido apartada de la religión. Tras varios siglos de enfrentamiento se llegó a una especie de tregua intelectual en la que los científicos se han mostrado generalmente reacios a aplicar su enfoque metodológico a algo aparentemente tan sui generis como es la experiencia y la persistencia de lo sagrado. Pero el impulso mismo que define a la ciencia es buscar explicaciones puramente naturales de todos los fenómenos. ¿Por qué iba, pues, la religión, a ser una excepción?. ¿Por qué persisten los dioses? es una iluminadora interpretación esencialmente racional y naturalista del fenómeno religioso que nos proporciona una comprensión de los fundamentos psicológicos y sociológicos de la ética y la religión, desde una perspectiva multidisciplinar cercana a la psicología y a la antropología neodarwinistas. Robert Hinde demuesta que es posible explicar la persistencia de la religión y de lo divino sin necesidad de asumir la presencia oculta en la psique humana de una dimensión sagrada de raíz ontológica. ¿Por qué la religión ha acompañado a la humanidad de un modo tan persistente desde la época del hombre de Cromagnon? La mayoría de antropólogos están de acuerdo en que la religión es una tendencia humana tozudamente inerradicable, profundamente anclada en el tipo específico de cerebro que se ha desarrollado en nosotros en el curso de la evolución para servir a la causa de nuestra supervivencia como especie. Desde el surgimiento de nuevas disciplinas como la biología de la religión estamos en mejores condiciones para entender por qué las creencias, prácticas y rituales religiosos más irracionales continúan existiendo y en algunos lugares incluso prosperando. Se necesita algo que esté más allá de la cultura para explicar los aspectos universales de la religión y su obstinado rechazo a desaparecer de las conciencias y las prácticas de la humanidad. Pero, desde una perspectiva científica, lo que está más allá de la cultura no puede liquidarse mediante una apelación irracional a lo sagrado. Una explicación racional de la religión debe buscarse en el único ámbito disponible que está más allá de la cultura, es decir, en las propensiones psicológicas de la naturaleza humana.