Desde que la LEC vio la luz, se han sucedido una treintena de reformas del proceso civil. La oficina judicial, la mediación, las tasas judiciales, la tutela colectiva, los recursos, el monitorio, el desahucio, la ejecución son materias que han sido sometidas a cambios y estos han incidido en la configuración del proceso. El análisis de todas ellas permitirá valorar el grado de oportunidad y acierto de las reformas, el efecto que han producido y, sobre todo, la coherencia con el modelo y el modo de regular el proceso como instrumento acabado de la tutela judicial. En definitiva, al abordar las respuestas del legislador con ocasión de las distintas modificaciones hemos de indagar si obedecen a un propósito común y se encaminan a la consecución de una justicia mejor. Porque de la confianza que en ella depositen los ciudadanos depende, en buena medida, la salud del sistema de derechos.