El canto de Orfeo no es sólo un famoso mito de la antigua Grecia. Su voz inspiró una tradición de profunda influencia en la religión, filosofía y literatura griegas. El orfismo introdujo ideas que han marcado la historia espiritual de Occidente hasta hoy: la divinidad como principio y fin del cosmos, el alma inmortal que pena exiliada en este mundo, la retribución tras la muerte, la salvación por la pureza. Los sorprendentes descubrimientos de las últimas décadas han alimentado un debate muy vivo en los estudios clásicos: ¿qué es el orfismo?, ¿hasta dónde llega su influjo? A menudo se ha visto a Orfeo, su teología y sus misterios, como precedentes del cristianismo, e incluso como la raíz principal de sus doctrinas y ritos. Pero ni los autores antiguos ni los estudiosos modernos han llegado nunca a un acuerdo sobre las analogías ni sobre su explicación. A la dificultad de interpretar los datos se unen las ideas preconcebidas sobre la religión griega y el primer cristianismo. Demasiadas veces la apologética y el prejuicio, desde diversos ámbitos, han oscurecido la cuestión. El examen libre de las fuentes permite dibujar con nitidez la presencia órfica en época imperial y en los autores cristianos; y muestra las múltiples dimensiones del encuentro entre la cultura griega y la judeo-cristiana. La recepción cristiana del orfismo no sólo ilumina la historia posterior, sino que arroja luz hacia atrás sobre las ideas griegas del hombre, del mundo y de los dioses.