Son famosos los relatos de milagros y la historia del hallazgo del sepulcro vacío en Marcos precisamente por las numerosas cosas extrañas que dice el texto griego. En algunas ocasiones, los traductores modernos han hecho lo que podían para suavizar lo anómalo y estridente del griego; pero evidentemente sin resultado. Precisamente de estos relatos con más o menos versículos estridentes es de lo que nos ocupamos en este libro. Hace más de cinco años hicimos la prueba de ver si algunas anomalías del griego se explicaban mediante la hipótesis de mala traducción del original arameo, que habría sido la lengua originaria de este evangelio. Uno tras otro, el resultado de investigar con este instrumento los relatos milagrosos de Marcos fue arrojando un resultado positivo y alentador. Lo que en todos estos años hemos ido poniendo en claro, dando por supuesto que reconstruir originales arameos a partir de un griego extraño no es en absoluto nada fácil, es lo que hemos recogido aquí y ponemos en manos del lector. Forzosamente hemos tenido que citar palabras griegas, arameas y hebreas; pero lo hemos hecho siempre procurando que junto a cada palabra o frase griega o aramea que citamos vaya su traducción castellana. De este modo hemos querido también facilitar la lectura incluso a personas no suficientemente familiarizadas con las lenguas bíblicas.