En las películas de Agnès Varda (Les Glaneurs et la Glaneuse, 2000; Les Glaneurs et la Glaneuse... Deux Ans Après, 2000) los espigadores recogen fragmentos que el sistema de producción capitalista abandona como parte del excedente cotidiano necesario para que el consumo se mantenga en una tensión constante. Con su gesto, estos espigadores contemporáneos realizan un acto de subversión, en la medida en que rompen el papel de subordinados que se les atribuye en la cadena de trabajo para el consumo. Esta actuación subversiva es la que este libro trata de llevar al debate público a partir de la quiebra de posiciones dualistas naturalizadas como emisor/receptor, enseñar/aprender que dejan pocos resquicios a las capacidad de acción, resistencia y reinvención de los sujetos. En esta quiebra los Estudios de Cultura Visual se presentan como una forma de discurso, un espacio post-disciplinar para la indagación -y no una mera ampliación de referentes y tecnologías visuales- que coloca en el centro del debate político y pedagógico -pedagogía entendida como maneras de fijar el cómo se piensa y se es pensando- la cuestión de "quién es el que ve". Lo que lleva a colocar a la subjetividad como centralidad de un proyecto que tenga como referente a la cultura visual