La concepción sociológica de Mead (1863-1931) --su visión fundamental ""del nexo entre individualización y socialización"" (Joas)-- supera los enfoques clásicos que confunden ""la sociedad"" con su estructuración reglamentada, y la ven externa y opuesta a la libertad y a la creatividad individual y colectiva. Los refinamientos de este libro, el único casi escrito por él, entregan una oportunidad exquisita para encuadrar esa visión de lo social con los delicados avances epistemológicos que le ocuparon; la interpretación (postpositivista) de la causalidad y del tiempo a partir de los avances de la física einsteiniana, y la prolongación de las inesquivables pesquisas postdawinianas sobre la realidad natural de la emergencia de la mente humana. Su importancia radica en la revisión del planteamiento teórico de la ciencias sociales. La aportación Mead se considera fundamental en el cambio de paradigma desde la producción a la comunicación en la explicación de la vida social.