«Cocaína. Manual del usuario es una obra inquietante, una de esas lecturas que golpea la conciencia y que sólo puede dejarnos una reflexión aún más dura que la misma realidad.» Herbert es una mente privilegiada, un hacedor de historias cercano al cinismo de Irvine Welsh y los mundos paradójicos de Cortázar. La voluntad de experimentación en las formas, mezclando las canciones (ineludible la cita al Perfect Day de Lou Reed), la poesía, los fragmentos breves, los prospectos farmacéuticos y el cuento, nos deja claro que la literatura ya no puede entenderse por sí misma, sino por todo lo que le rodea, y Herbert lo sabe muy bien. A modo de relatos aparentemente inconexos, vamos a traspasar las habitaciones interiores que ocupan los moradores de la noche, del hastío y hasta del absurdo. Todas unidas por un vínculo común, la infatigable cocaína con cuyo detallado manual de usuario podemos acercarnos, alejarnos o desentendernos de un escenario que debe dejar de parecernos paralelo a una supuesta vida «normal».