En esta aclamada novela, Cristina Henríquez nos hace testigos de la vida de los Rivera, que llegan de México buscando el tratamiento que le devuelva la salud y la palabra a su hija adolescente, víctima de un grave accidente. También la familia Toro se debate entre la añoranza de su Panamá natal y la deseada incorporación a la sociedad americana. En un medio hostil, Maribel Rivera y Mayor Toro descubren un amor aún casi infantil, primero vacilante, después inexorable. Ésta es su historia, y la de muchos otros que tienen voz en estas páginas desgarradoras y que conforman una honda aventura humana cuyo desenlace (sobrecogedor y al mismo tiempo luminoso) quedará grabado para siempre en nuestra memoria. Están ahí, al alcance de cualquier mirada. Para algunos forman una multitud anónima, incomprensible (cuando no temible) en su lenguaje híbrido o su mutismo. Pero cada uno de ellos tiene un nombre, una voz y, por supuesto, una historia. Cada uno representa una forma singular de ser americano. Cristina Henríquez ha logrado construir la gran novela de esos nombres elevándolos a la categoría de personajes. Ha sabido convertir sus vidas cruzadas en una narración inolvidable.