Profesores de todo el mundo buscan maneras creativas de responder a los problemas y a las posibilidades generadas por la globalización. Muchos trabajan con niños y jóvenes con unos bagajes culturales cada vez más variados, con diversas necesidades y capacidades; otros, aunque trabajan con poblaciones algo más homogéneas, son conscientes de que sus alumnos se encontrarán con una gran variedad de cambios durante su vida. En general, todos ellos se enfrentan a las difíciles y cambiantes condiciones actuales de la enseñanza. En este libro, prologado por Christopher Day y Ann Lieberman, David Hansen brinda a los profesores una manera de reconstruir sus filosofías de la educación a la luz de estas condiciones. Describe una orientación educativa que les puede ayudar a enfrentarse tanto a los desafíos como a las oportunidades en un mundo globalizado. Construye este planteamiento alrededor del cosmopolitismo, una antigua idea que siempre ha estado presente y ha tenido un hermoso sentido para los educadores. La idea clave supone educar para lo que el autor denomina como el equilibrio entre una apertura reflexiva hacia lo nuevo y una lealtad reflexiva hacia lo conocido. El libro muestra cómo los profesores de todos los niveles educativos pueden aplicar esta orientación y emplea ejemplos para ilustrar cómo se puede cultivar en la enseñanza en diferentes entornos. El autor se basa en gran medida en el trabajo de educadores, estudiosos de las humanidades y las ciencias sociales, novelistas, artistas, viajeros y otras figuras universales tanto del pasado como del presente. Estas diferentes figuras arrojan luz sobre la promesa de un punto de vista cosmopolita sobre la educación en nuestro tiempo.