Tras la turbulenta muerte de su hermano, el exconvicto Elvis Infante recorre los bajos fondos de Los Ángeles convertido en diablero: un cazador de demonios, ángeles caídos y otros seres sobrenaturales con los que se trafica en el mercado negro y se celebran peleas clandestinas. Con un trabajo así uno sabe que antes o después llega ese caso que se complica, y que trae consigo a un sacerdote con dotes de seductor, una letal asesina con look de lolita gótica y una secreta y poderosa organización internacional relacionada con ese siniestro tráfico, mientras la narración nos hará saltar entre el East Side de Los Ángeles y las montañas de Afganistán. Bebiendo de las fuentes culturales más variadas, Haghenbeck nos ofrece un ágil thriller «donde la acción es continua y esos personajes que entran y salen permanecen. Se juega con un mito poderoso sin máscaras, y se recrea el humor a la mexicana como instrumento efectivo para sobrevivir en tiempos en que la estupidez tiene tan buena prensa» (Élmer Mendoza).