Mirando hacia atrás, Sergio Scariolo confiesa: "La verdad es que si hubiera podido ver por un agujero lo que España me iba a deparar, habría venido antes. Aquí pasé de ser un entrenador joven y con futuro a convertirme en un entrenador reconocido y respetado". De su larga y brillante carrera en el baloncesto de nuestro país solo guarda "una pequeña espina clavada": el hecho de que, especialmente en los momentos difíciles y a pesar de sus numerosos éxitos en distintos clubes y con la selección, algunos siguieran considerándolo extranjero y no español de adopción. La final de los Juegos Olímpicos 2012 en Londres supuso la culminación de la labor de Scariolo al frente de la selección: "A toro pasado se puede decir sin temor a equivocarse que fue uno de los mejores partidos de la historia del baloncesto español. Pero la sensación que nos quedó fue amarga. Tuteamos a los americanos, los tuvimos a las puertas, tocamos el cielo con la punta de los dedos, pero otra vez se nos escapó. Hay quienes dicen que el sabor de la plata es más amargo que el del bronce. Quizás tengan razón". Como explica Pau Gasol sobre la carrera de Sergio Scariolo, "en todos los equipos en los que ha estado ha ganado títulos, y ha habido una disciplina y una solidez en el juego que solo pueden deberse a las cosas bien hechas. Con sentido, con ganas, con ilusión, amando este deporte. Y con inteligencia". Pau concluye: "Es uno de los grandes nombres en el baloncesto europeo y sé que aún le quedan muchas cosas por conseguir, dentro y fuera del deporte". Juan Carlos Navarro, por su parte, afirma: "Cuando conoces un poco a Sergio te das cuenta de que, a pesar de ser muy italiano, podría pasar perfectamente por español. Le encanta nuestro estilo de vida. No renuncia a su Italia, pero supongo que después de tantos años viviendo aquí se ha hecho a la mayoría de nuestras costumbres. Y especialmente a nuestra gastronomía".