¿Quién fue Sabino Arana (1865-1903)? ¿Por qué continúa siendo objeto de polémica después de más de un siglo de su muerte? ¿Por qué es el político decimonónico que está más presente en la Euskadi del siglo XXI, e incluso en la España actual, al aparecer su nombre a menudo en los medios de comunicación y al tener incidencia sus ideas en el debate político de nuestro tiempo? Este libro proporciona respuesta a estas y a otras cuestiones sobre la vida, la obra y el legado de Sabino Arana, que ha llegado hasta hoy, mediante el análisis histórico tanto de su breve existencia de 38 años como de su larga vida post mortem. Sabino Arana fue el único padre fundador del nacionalismo vasco, al que dotó de una doctrina (el aranismo), una organización política (el PNV), varios periódicos y unos símbolos, que en el siglo XX pasaron de su partido al País Vasco, siendo oficiales de la Comunidad Autónoma: el nombre Euskadi, la ikurriña y el himno. Por ello, cabe denominarle el patriarca del nacionalismo vasco. Nada más morir en 1903 se convirtió en un símbolo y un mito para sus seguidores, que le rendían un culto casi religioso, llegando a compararle con Jesucristo. De ahí que hiciesen de una efeméride de su vida el Día de la Patria Vasca (Aberri Eguna), situándolo el domingo de Resurrección, y de su casa natal (Sabin Etxea) la sede central del PNV en la II República. Sin embargo, su integrismo católico y su radicalismo antiespañol han hecho que no sea considerado el padre de la patria por los vascos no nacionalistas, que nunca le han homenajeado. En cambio, Sabino Arana sigue vivo para el PNV, que le venera anualmente ante su estatua en Bilbao y ante su tumba en Sukarrieta (Vizcaya).