El dios indómito es la historia de la conquista de un territorio que pasó de ser terra incognita en la Antigüedad -quede como curiosidad la probable incursión de una expedición cartaginesa remontando el río Níger- a pasto de las dos grandes potecias imperiales del siglo XIX, Francia y el Reino Unido. Sanche de Gramont relata dos siglos de historia, desde la aventura de Mungo Park en 1795, el primer europeo que terminó engullido por las aguas del río, hasta el paisaje de un país (Nigeria) desvastado por la guerra civil a finales de la década de 1960. Y lo hace como sólo pueden tratarse los espacios vírgenes, aunando la aventura mítica de la exploración con los intereses de las altas finanazas. Que el resultado final fuera un fracaso, algo que ya se insinuaba en las trágicas muertes de los protagonistas de las expediciones, sitúa aquella empresa en el territorio de los impresvisible y lo literario. El autor la narra con ese estilo que sólo puede encontrarse en autores que, como Kipling, llegaron a conocer aquel espíritu de primera mano. Este libro se lee con la pasión de una novela.