No cabe hurtar a la matemática de Apolonio o Euclides, a la hidrostática de Arquímedes, a la geografía de Eratóstenes, a la biología de Aristóteles o a la astronomía de Hiparco el calificativo de empeños científicos. Por ello, es comprensible que Euclides sea un interlocutor para Lobachevsky o Bolyai, que Arquímedes lo sea para Galileo, que Ptolomeo lo sea para Copérnico y que Erasístrato y Galeno lo sean para Vesalio o Harvey. El quinto postulado de la geometría euclidiana, el papel del principio de Arquímedes en la ley de caída de los graves, la consistencia del punto ecuante en la astronomía geométrica o la comunicación de los sistemas venoso y arterial en fisiología obligaron a los científicos de la Edad Moderna y Contemporánea a mirar a la antigua Grecia y a establecer un diálogo -por encima de los siglos- con sus predecesores griegos. Pensada tanto para el amante de las Ciencias como de las Humanidades, la presente obra tiene como potenciales destinatarios a quienes -desde una formación general o a partir de los conocimientos especializados del científico, del historiador, del filólogo o del filósofo- deseen acercarse a los orígenes del conocimiento científico y técnico, a sus relaciones con la Filosofía o a su desarrollo en el seno de la cultura helénica.