Antonio Maura promovió, sin duda, el intento más destacable, desde la derecha del sistema de partidos de la Restauración, de romper con la "vieja política" de consenso y artificiosidad electoral. En no pocas ocasiones su actuación caldeó el ambiente político, provocó tensión, creó opinión, opiniones encontradas y vibrantes potenciando el debate parlamentario y las reestructuraciones políticas. Su voz, apagada circunstancialmente por la crisis y escisión de su propio partido en 1913, sería acogida y transmitida por los mauristas. El maurismo, desgajado del Partido Conservador, pretendió convertirse en un auténtico partido moderno. Movimiento singular y de difícil definición destacó por su inusitada actividad política. Acabó, finalmente, bifurcándose en dos líneas enfrentadas: una democratizante, la otra reaccionaria. Ambas reivindicando una misma fuente ideológica: el pensamiento político de Maura. Tan sólo él constituía el punto de referencia común e ineludible de ese gran laboratorio activo de experimentación de las "diversas derechas" que fue el maurismo. Quizás por ello resulta inevitable trabajar sobre el maurismo sin que su evolución nos remita al propio Maura. El presente trabajo pretende ser, en definitiva, una aproximación al intrincado proceso de formación de un partido de derechas o la historia de una relación compleja: la de Maura y el maurismo.