Las frases hechas han llenado la boca y las conversaciones, nos devuleven una esencia íntima de la lengua, nos persiguen el corazón. Por eso nos hacen explotar en una carcajada o nos trasladan de situación en un abrir y cerrar de ojos, porque tienen la agudeza de la intuición y la sabiduría del tiempo grabadas en sus sílabas. Es fundamental para la salud del valenciano, conservar las frases hechas y recuperarlas. Este libro que tenemos en las manos pretende eso precisamente. Sería interesante y deseable que en la enseñanza del valenciano en nuestras escuelas se tomara como punto de partida precisamente estas expresiones tan nuestras para levantar a partir de ellas el esqueleto de la lengua que queremos. No podemos dejar a las nuevas generaciones sin este tesoro que constituyen nuestras frases hechas. Nuestro deber es transmitirlas y hacerlas perdurar a través del tiempo, para que dignamente nos signifiquen.