Germiniano González Diez nos devuelve una imagen, un trazo, una emoción. A partir de un rastro de milenios nos muestra los rasgos de la vida de nuestros antepasados más remotos, y nos la ofrece en esta obra para que disfrutemos y reflexionemos. Divulgación y emoción recorren a partes iguales las páginas de este magnífico libro escrito por un estudioso apasionado. En su búsqueda, tan personal, Germiniano González no se dedica a catalogar y ""reproducir"" las pinturas de hace seis mil años, sino que las ""reconstruye"" a partir de vestigios, las interpreta cuidadosamente; y convierte figuras esquemáticas, estilizadas, sugerentes y llenas de belleza, en auténticos símbolos abstractos de la condición humana. Mariano Sánchez Soler Hace seis mil años es una obra pequeña, certera e intensa. Es una guía perfecta para saber cómo eran los que hace tantos miles de años vivían por estos pagos mucho antes de que llegáramos nosotros. Ya eran listos estos hombres primitivos cuando decidieron venir, o pasar, o quedarse instalados definitivamente en este Levante Ibérico y Mediterráneo. Eran listos porque sabían dónde se vivía bien, con un clima templado, con una tierra, seguramente, menos seca que ahora -la culpa es nuestra- y con un mar cálido, limpio y rico, fuente inagotable de vida y vía libre aunque incierta aún, para acercarse a los pueblos vecinos. Los restos que nos dejaron, involuntariamente unas veces -piedras, trozos de las armas que usaban, vasijas, etc...- y voluntariamente otras -pinturas sobre todo-, nos ayudan a saber casi con total seguridad, cómo vivían, cómo se desenvolvían a diario, cómo morían y hasta en qué pensaban o qué ilusiones tenían en su existencia remota. Ese es el valor fundamental de esta obra que tiene ahora entre las manos, el ayudar a conocer nuestra historia más antigua porque sólo conociendo nuestra propia historia nos podemos conocer mejor a nosotros mismos y ahí -ya lo decía el padre de la filosofía griega- está la raíz de cualquier sabiduria. Manuel Avilés