La vida política nunca ha sido ajena a las pasiones. Los filósofospolíticos, de Platón a Rawls, se ocuparon con ellas, ya fuera paradomeñarlas o encauzarlas. En la época contemporánea, los grandesprocesos de cambio han ido acompañados de movimientos afectivos conresonancias individuales y colectivas. A comienzos de este siglo, conla crisis de legitimación de la democracia liberal, llega a lapolítica el llamado «giro afectivo» y surge una apelación pública a lo emocional, hasta entonces confinado al ámbito privado. Este Atlas,fruto de un elenco interdisciplinar e intergeneracional de pensadoresy pensadoras de ambos lados del Atlántico, recorre y delimita elterritorio de lo emocional en el que se desenvuelve la configuraciónactual de lo político. Desde variadas perspectivas analíticas,críticas e históricas, propone no un tratado cerrado, sino unacartografía abierta. Una constelación de ensayos que miranpolíticamente a las emociones, del aburrimiento a la vulnerabilidad.