La Independencia hispanoamericana transformó de manera dramática la situación de la Iglesia. Perdió una cantidad nada insignificante de riqueza e influencia y un alto número de sujetos, quedando muchas sedes vacantes durante años. Además, inserta en el conflicto entre realistas y patriotas, entre los que afirmaban una nueva identidad nacional y los que se identificaban, o eran identificados, con lo extranjero, por lo menos hasta mediados de siglo no fue despreciable la división entre el clero ilustrado y el clero conservador. Por último, la enfrentó con el problema de replantear el significado del Patronato -cuando los nuevos estados mantenían una ideología y unas pretensiones en política religiosa muy alejadas de las de la vieja monarquía española- y definir su función educadora frente a la intención estatal de ejercer en este campo un control estrecho. Con este punto de partida, se pretende caracterizar la actividad desarrollada por la Compañía de Jesús en la segunda mitad del siglo XIX en el área de influencia de la primitiva Misión Neogranadina, principalmente Colombia, Ecuador, Centroamérica y las Antillas. Una aproximación de conjunto, estructurada sobre dos dimensiones: resistencia y misión. Sin ningún género de dudas los jesuitas -salvo alguna rara excepción- se sabían, antes que ninguna otra cosa, misioneros y tenían la ilusión, mucho más que el objetivo, de restablecer la presencia de la Compañía en los límites definidos a lo largo de casi doscientos años hasta la expulsión decretada por Carlos III. Si esta ilusión se hace con frecuencia presente en su correspondencia, una realidad, en gran medida hostil, impone la pragmática tarea de resistir y en esa resistencia, levantar los fundamentos para un futuro que se espera mejor. Este esquema que, aunque simple, no violenta en exceso el espíritu jesuita decimonónico, es lo que esconde el título del libro. El trabajo se realiza a partir de la documentación conservada en tres archivos: el Archivo Histórico de la Provincia de Castilla de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares, el Archivo Histórico Nacional y el Archivo Romano de la Compañía de Jesús. La documentación del primero es muy variada, pero su principal riqueza consiste en las cartas cruzadas entre los misioneros jesuitas. En el Archivo histórico Nacional la documentación se refiere únicamente a las Antillas españolas, tratándose en su mayoría de informes gubernamentales sobre el desarrollo de las actividades jesuitas y sus diferencias con otras instituciones de las islas. El archivo romano, completando otros muchos aspectos, ha proporcionado valiosísima información sobre el caso ecuatoriano.