Desde el siglo XVI, la ceremonia de coronar la imagen de la SantísimaVirgen ha sido un acto solemne cargado de significado, gracias alfervor y la devoción del padre capuchino Jerónimo Paolucci de Calbolida Forli. Este piadoso capuchino, en sus predicaciones misioneras,concluía con la emotiva coronación de las imágenes más veneradas,instando a los fieles a despojarse de las vanidades del mundo parahonrar a la Virgen María. Con el respaldo del Capítulo de San Pedrodel Vaticano, la ceremonia de coronación adquirió un carácteruniversal, dando paso a la elaboración de un ritual especial en elsiglo XVII. Este ritual, posteriormente incluido en el PontificalRomano, transformó una manifestación de la religiosidad popular en unrito litúrgico. A lo largo de los siglos, los Sumos Pontífices hanrespaldado esta hermosa tradición, coronando numerosas imágenes de laVirgen María en actos de profunda devoción. Desde la coronación deSanta María del Popolo por Pío VI hasta el icónico icono de la VirgenSalus Populi Romani, cada coronación es un testimonio del amor y lareverencia del pueblo hacia la Madre de D