No todas las personas tienen los mismos recursos para informarse sobre el cáncer ni las mismas oportunidades para prevenirlo, tratarlo o paliar el sufrimiento que provoca. Y aunque el número de pacientes no deja de aumentar y, en algunos casos, constituye la primera causa de muerte, sigue representando un estigma. Puede que nunca ganemos la guerra contra el cáncer, pero si queremos salir de ella con la mayor dignidad posible, deberemos apoyar a las asociaciones, exigir políticas sanitarias y educativas equitativas y, sobre todo, ayudar al ciudadano a entender cómo se percibe socialmente la enfermedad, qué costes sociales tiene, qué tipo de huellas deja en la identidad del paciente y qué estrategias usa este para manejar su rol de enfermo crónico. Tal es el objetivo de este libro -escrito con un lenguaje claro y un tono crítico-, que viene así a llenar una laguna en la literatura especializada sobre el tema. Más allá de las dietas, las biografías melodramáticas, la historia de la enfermedad y la divulgación científica de los nuevos tratamientos, es imprescindible un análisis sociológico del cáncer, dado su carácter de fenómeno social.