Este ensayo trata sobre formas de interpretación de sucesos extraños y sorprendentes en el siglo XVII, y ofrece también una exposición de los mismos. Se muestran las reacciones de la población frente a una fenomenología que hoy puede parecer fantástica, pero era tomada por muy real en aquel tiempo. Los sucesos a los que se atribuía una dimensión inmaterial, fantasmal o espectral generaban un enorme interés en la población: el mundo sobrenatural estaba unido a la naturaleza gracias a la religión, que imponía casi siempre su interpretación sobre los fenómenos extraordinarios o prodigiosos. Apariciones de almas, demonios o duendes, vuelos de espíritus femeninos que van al aquelarre, derivaron en interpretaciones trágicas porque se daban por ciertos en el siglo XVII. No eran necesarias las causas materiales para que se produjeran efectos extraordinarios en la naturaleza; los demonios se consideraban una especie natural más y se les atribuía la capacidad de actuar sobre los seres humanos de forma prodigiosa. El objetivo de este trabajo es mostrar los prodigios inmateriales bajo el prisma de la mentalidad barroca, y a la vez, de manera sencilla, los mecanismos de creación inherentes al propio lenguaje en acción, como verdadero protagonista de la transmisión de los fenómenos sobrenaturales o fantasmales, que en estas páginas se presentan con una rica casuística y comentarios de contenido para facilitar al lector su propia interpretación y conclusiones.