Daniel Moyano por nacionalidad, por tópico o quizás por una ineludible voluntad, durante años ha engrosado la lista de los llamados autores regionales argentinos. Rescatarlo de ese estricto marco y situarlo en el terreno de la universalidad, en el que a fin de cuentas se mueven sus personajes, ha sido la intención más palpable de la autora de este libro.