El padre de la neurociencia cognitiva y autor de El cerebro ético y ¿Qué nos hace humanos? ambos publicados por Paidós, nos ofrece en este libro una provocativa y contundente explicación contra la idea, cada vez más extendida, según la cual nuestras vidas están totalmente determinadas por los procesos físicos y que, por tanto, no somos responsables de nuestras acciones. La polémica consiste en que, en los últimos años, las investigaciones más ortodoxas sobre el cerebro defienden que, puesto que las leyes físicas gobiernan el mundo físico y nuestro cerebro forma parte de este mundo, son estas leyes las que dominan nuestra conducta e incluso nuestra conciencia de nosotros mismos. Esto se resume en una especie de mantra, según el cual, «el libre albedrio, la libertad de voluntad, no tienen sentido, puesto que vivimos en un mundo ?determinado?.» En cambio, Gazzaniga nos explica que la mente, si bien es algo generado por los procesos físicos del cerebro, «coacciona» nuestro cerebro del mismo modo que los automóviles se ven «coaccionados» por el tráfico que ellos mismo generan. El texto, que, en palabras de Steven Pinker, está escrito «con la falta de pretensiones y agudeza características del autor» nos demuestra como el determinismo debilita enormemente nuestra concepción de la responsabilidad humana, hasta el punto que, en un juicio, un asesino puede alegar perfectamente: «No fui yo quien cometió el crimen, fue mi cerebro». Y argumenta contra esta concepción afirmando que, aun teniendo en cuenta los últimos descubrimientos de los mecanismos físicos de la mente, existe una realidad humana innegable: «Somos agentes responsables que debemos dar cuenta de nuestras acciones, porque la responsabilidad no depende del cerebro, sino de cómo las personas interactuamos unas con otras». ¿Quién manda aquí? es un libro extraordinario que nos adentra en los ámbitos de la neurociencia, la psicología, la ética y el derecho con espíritu divulgativo y profundas implicaciones. Una perdurable contribución de uno de los pensadores más destacados de nuestro tiempo.