A pesar de los avances realizados en este campo, sin duda uno de los más apasionantes de nuestro tiempo, quedan todavía importantes cuestiones por aclarar, entre otras, la composición de la atmósfera primitiva, la energía que intervino en su evolución química y la síntesis de los biopolímeros (proteínas y ADN). Se han realizado muchas síntesis abióticas en experimentos de laboratorio y propuesto diversos mecanismos y escenarios donde verosímilmente pudieron tener lugar las correspondientes transformaciones químicas. Ninguno de los escenarios propuestos ha recibido un amplio consenso, ni, por lo tanto, ha alcanzado la categoría de paradigma. En esta obra, el autor establece de forma sencilla, amena y rigurosa, que los ambientes más propicios para la síntesis prebiótica, desde las moléculas de la atmósfera inicial, hasta la formación de los biopolímeros, fueron los depósitos de uranio del eón Arqueano, es decir, los que existieron en el planeta hace un tiempo comprendido entre 2.500 y 4.000 millones de años. La atmósfera de Titán y otros hechos apoyan la teoría del autor, desarrollada en este libro