Escrito en blanco es una breve colección de 32 perfiles de músicos, novelistas, corresponsales de guerra, amistades, cocineros o estrellas del porno. Iñigo García Ureta se ha propuesto escribir sobre ellos no como un periodista (esto es, como quien ofrece información) sino para apropiarse de este puñado de personajes y mostrar las huellas de sus experiencias en nuestras vidas. Así, el autor toma diversos episodios -la invención del sonido ambiente en el cine, un caso de fiebres tifoideas en Nueva York, los consejos de un abuelo a su nieto novelista o la creación del primer plano del metro londinense- como punto de partida para una discreta reflexión sobre las virtudes de aprender de las vidas ajenas a la hora de brindar cierta verosimilitud a la propia. El resultado es un libro ameno, cuya lectura resulta altamente recomendable para ayudar a cada cual a explicarse el mundo, o para no hacerlo en absoluto.