Los contornos de los distintos navarrismos históricos han ido evolucionando, en buena medida porque su configuración ha sido producto de la diferente influencia de dos procesos, ""españolización"" y ""vasquización"", que se han cruzado en el tiempo. De ahí que el análisis de estos fenómenos identitarios deba hacerse en conjunto, si se quiere explicarlos correctamente. Sin embargo, no siempre se procede así. La impronta esencialista y continuista de no pocos estudios hace que las distintas expresiones del navarrismo se aborden sin tener en cuenta el contexto socio-político en que tuvieron lugar las polémicas sobre el régimen foral y la personalidad diferenciada del antiguo reino y a partir de una visión inexacta, por esquemática, de los perfiles del fuerismo, de la relación entre lo vasco y lo navarro, etc. Así, llama la atención la homologación sistemática que se establece entre liberalismo y antifuerismo o entre oposición al unionismo vasco navarro y antivasquismo. En la estela de otros trabajos, éste aporta algunos materiales que arrojan luz sobre esas cuestiones, a través de la figura de Juan Yanguas Iracheta (1824-1895), un liberal fuerista y navarrista cuya trayectoria y escritos han pasado casi desapercibidos, pese a su indudable interés. Su lectura, y los comentarios que provocaron en Francisco Javier Baztán Goñi, permiten conocer mejor la oposición a los planes de la Diputación de Navarra en favor del ""Laurac-Bat"" (1866-1867), y comprobar cómo dentro del liberalismo las posturas sobre la Ley de 1841 o la reintegración foral fueron más variadas de lo que se supone.