La evolución es mucho más que una lucha descarnada por lasupervivencia. La selección natural ha favorecido también la amistadentre extraños hasta límites prodigiosos. Desde su descubrimiento enel siglo xix la simbiosis ha atraído el interés de numerososcientíficos y hoy en día constituye uno de los aspectos centrales dela investigación en biología. Esta forma íntima de cooperación entreorganismos de diferente origen evolutivo se extiende por todo tipo deambientes, terrestres y acuáticos, y abarca todas las regiones denuestro planeta, incluidas las más inhóspitas. Puede afirmarse que noexiste un solo ser vivo que no establezca algún tipo de estrecharelación con uno o varios organismos, a menudo totalmente distintosentre sí. El grado de integración estructural y fisiológica entreestos componentes vivos es tan profundo que se convierte en unarelación obligada, porque ninguno de ellos sería capaz de subsistirpor separado. Cianobacterias microscópicas, integradas en el interiorde vegetales o animales e imprescindibles para su nutrición, arrecifes coralinos que albergan la mayor diversidad de los océanos, hongos que conectan los árboles del bosque a través de sus raíces o líquenes que sobreviven en las condiciones más extremas, son solo algunos ejemplos de cómo las interacciones entre especies sustentan el funcionamientode la naturaleza. Los diferentes tipos de simbiosis están involucrados en la regulación de los grandes ciclos del carbono y del nitrógeno en la biosfera y contribuyen de forma sustancial a su diversidad y a suproductividad. El balance de CO2 en la atmósfera y, por lo tanto, latendencia al calentamiento global, depende en gran medida de lassimbiosis vegetales, objeto de este libro.