Mientras Franco agoniza, el Gobernador Civil ha prohibido a Manuel González, Plinio, intervenir en casos policíacos criminales, ajenos a su labor de mero jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso. Apesadumbrado ante tan injusta orden, el detective manchego intenta paliar su tristeza y aburrimiento con los preparativos de boda de su única hija, la Alfonsa. En medio de este ambiente crepuscular, un domingo -Plinio odia los domingos- recibe la noticia de la desaparición de un médico, don Antonio, pero el guardia tomellosero se encuentra atado de pies y manos para poder actuar. Alentado por su inseparable don Lotario y el inspector Mansilla, Plinio emprende la investigación de tapadillo, extraoficialmente, para matar la abulia dominical. Como dice en el prólogo Alicia Giménez Bartlett, creadora de la inspectora Petra Delicado, Otra vez domingo «ofrece unos personajes que, desde la víctima a los testigos, son tan risibles como trágicos en el fondo. Tenemos, como siempre: diálogos vivos, un lenguaje riquísimo, humor de buena ley y un estudio de la sociedad pueblerina de la época absolutamente certero. ¡Ah! y grandes cantidades de cigarrillos encendidos y apagados en buena compañía o en soledad, como excipiente de mucha reflexión y mucho entretenimiento. El mejor García Pavón».