En los últimos años, el llamado giro lingüístico de las Ciencias Sociales ha reflejado el creciente interés por el lenguaje como parte constituyente de nuestra realidad. Por otro lado, se ha producido un giro social complementario en la Lingüística, derivado de la función social del lenguaje. En este libro, se pretende hacer converger ambas tendencias (la social y la lingüística) y se apuesta por un enfoque interdisciplinar basado en el análisis del discurso. Todos los sujetos se posicionan social y políticamente y articulan sus discursos con el fin de adherirse al orden social vigente o de intentar cambiarlo. Las prácticas sociodiscursivas que promueven dicho cambio (considerando, además, que la realidad no es estática) se producen tanto en la esfera pública como en la privada. La institucionalización se alcanza a raíz de la aceptación colectiva de normas, establecidas racionalmente, y de elementos simbólicos, que constituyen las subjetividades sociales. Los discursos institucionalizan lingüísticamente el componente racional, equivalente a la normatividad social, por medio de los actos de habla, y la dimensión simbólica, mediante la variación léxica, la categorización metafórica y la modalidad. Asimismo, los discursos adquieren coherencia, interna y externa frente a otros discursos, gracias a la intertextualidad. Tras cada apartado, se incluyen análisis de casos actuales que ejemplifican la institucionalización del cambio sociolingüístico.