El testamento ológrafo se caracteriza, fundamentalmente, porque noexige la presencia de testigos ni de notario en el momento delotorgamiento. Se trata, así, de un testamento privado, en tanto que es escrito íntegramente por el testador -único interviniente-, y secreto -tanto en su contenido como en su propia existencia-. La regulacióndel referido testamento en nuestro Código Civil ha permanecidoprácticamente intacta desde sus orígenes. Sin embargo, es posible -ynecesario- que el ordenamiento jurídico se adapte a los cambios queexperimenta nuestra sociedad. Y esa adaptación puede llevarse a efecto sin necesidad de una reforma legal, sino por vía interpretativa. Enesta monografía, el autor, a través de una interpretación sociológica, plantea la posibilidad de un testamento ológrafo escrito con mediosmecánicos y firmado con firma electrónica -un testamento ológrafoelectrónico-. Una propuesta de lege lata que terminaría con algunos de los problemas que suscita el testamento ológrafo y que, en cualquiercaso, respeta la ratio legis del art. 688 CC: facilitar el derecho atestar.