El presente libro, es fundamentalmente un estudio sobre la forma en que, en el pasado, se originaban y transmitían las normas morales frente a la forma en que se hace en la actualidad y sus consecuencias. Friedrich A. Hayek en los últimos años de su vida tuvo el gran acierto y la osadía de señalar algo que había sido injustamente relegado y condenado con más o menos fuerza desde la Ilustración: el valor de la tradición. La tradición como depósito de sabiduría acumulada, la tradición como forma efectiva de transmisión de normas morales a través de la familia, la religión y las costumbres, y la tradición como algo vivo y en evolución frente al inmerecido calificativo de inmovilismo con que quisieron desprestigiarla sus enemigos. Tal desprestigio de la tradición era necesario para el ascenso del constructivismo o, dicho en otras palabras, del socialismo. El papel jugado por la tradición en el origen y en la transmisión de las normas, esbozado por Hayek en La fatal arrogancia, se desarrolla en este libro con mayor amplitud. Por ello, se estudia el orden procedente de la espontaneidad, surgido de la experiencia, como respuesta a las dificultades que se deben superar frente a ese otro orden propio de nuestro tiempo diseñado por teóricos y políticos según su particular criterio de lo que «debería ser». Se analizan, además, los orígenes voluntaristas del constructivismo así como la forma en que éste conduce al Estado Providencia que acaba por anular la libertad individual forjando personas cada vez más dependientes y sin responsabilidad tanto sobre su destino como sobre el del grupo.