Poeta consagrado, tal vez, pero ahora no importa; queremos ver al hombre y así aparece en sus nuevos versos; un hombre que manifiesta la ilusión, la lucha, el sentimiento, la sinceridad más honda, que necesita del reclamo de ?los otros? constantemente. Y así comparte sencillez y sentimiento con poetas que admira profundamente como Borges, Neruda, Bécquer... Y se transmuta continuamente para recrear el mundo, su mundo... Pero el poeta sueña, el sueño de la vida que por fin le ha llegado (herido como estaba de silencios y de vacío), ahora todo ha cambiado, la armonía de AMOR y su misterio... ?Tú duermes y yo te miro, y al mirarte fluyen versos, versos que salen del alma?... Refrenda cada momento y lo inmortaliza, dando una oportunidad a lo espontáneo, lo sencillo, la naturalidad, la impronta de lo genuino, de lo más hondo que ha vivido a fuerza de dolor y de vacío... Ahora es el culmen de la dicha, de la vida que renace, y necesita de la palabra (verso o prosa, qué más da) para expandir su ser, como reacción a la vida que se le ha brindado como un nuevo retoño de la primavera.