De Garcilaso a Lorca, libro que Francisco García Lorca (1902-1976) dejó parcialmente ordenado antes de su muerte, rescata una parte sustancial de la labor crítica del autor de obras como Federico y su mundo. Con insólito y a la vez delicado rigor, Francisco García Lorca vence en el intento de hacer claras leyes cuya esencia es misteriosa, iluminando con minuciosa inteligencia lo que denomina el misterio evidente de la creación artística, sean el verso o la prosa de Garcilaso, el Lazarillo, San Juan de la Cruz, Cervantes, Góngora, Quevedo, Espronceda, Pedro Salinas, Federico García Lorca. Ha escrito en su prólogo Claudio Guillén sobre la tarea del autor: Como tantos otros lectores y admiradores suyos, yo no vacilo en pensar, o en volver a pensar, pues hace al menos un cuarto de siglo que estoy convencido de ello, que nos hallamos ante una de las más altas cumbres de la crítica literaria moderna en lengua castellana.