Durante la segunda mitad de los años veinte el grupo mexicano Contemporáneos produjo una importante obra narrativa que la crítica ha descuidado y considerado simple testimonio del cajón de sastre de la llamada prosa hispánica de vanguardia. Sin embargo, hay un fondo ideológico subyacente a las novelas de los Contemporáneos que es el que les da sentido, y que tiene que ver con la situación político-cultural del México de los años veinte, clave en la formación y definición de la cultura mexicana y en la delimitación de la tradición literaria nacional. El intenso nacionalismo de esos años ayudó a conformar determinados prototipos de mexicanidad y expresión literaria y artística nacional, uno de los cuales fue la llamada Novela de la Revolución. Como alternativa a los conceptos de tradición mexicana, revolución y expresión nacional, subyacentes a ese prototipo que se afianzaba con fuerza en la segunda mitad de los veinte, los Contemporáneos escribieron sus novelas que hay que entender en el contexto general de un programa cultural amplio (poesía, teatro, pintura, emprendido por el grupo para frenar el avance de los efectos del nacionalismo sobre la cultura.