La soledad y la esperanza laten con frenesí desde las primeras líneas hasta el ocaso de esta recopilación de cuentos, que pretenden despertar la sensibilidad de los lectores con esos ingredientes que han convertido a José Ignacio García -Premio Miguel Delibes de Narrativa 2009- en uno de los referentes literarios de su generación: el uso preciso del lenguaje, los argumentos inquietantes que causan constante expectación, el vertiginoso ritmo narrativo, o los desenlaces inesperados, que sorprenden y dejan un agradable cosquilleo en la memoria. Bueyes que hacen milagros, ancianitas que coleccionan esquelas mortuorias, vocalistas de orquesta, entrenadores de fútbol modesto, falsos catadores de vino, amigos honestos, pícaros donjuanescos, cincuentones que reciben regalos de Reyes muy especiales, o agentes inmobiliarios en paro, que sueñan con convertirse en críticos de cine, colaboran con el autor a la hora de componer un mosaico de historias cuajadas de interés. Por esas razones, y por otras muchas que se descubren a través de su trepidante discurrir, La sonrisa del náufrago es el libro idóneo que cualquier persona debería llevarse a una isla desierta.