Este libro trata de ofrecer una visión de la educación en contextos de diversidad cultural y lingüística que ayude a comprender mejor los procesos, oportunidades y barreras que la escuela ofrece a su alumnado. Pese a la objetividad pretendida por los autores, en ningún momento tratan de ocultar su posición crítica respecto a determinados temas, sin ánimo de imponerla, sino para confrontarla dialécticamente con la del lector. En cualquier caso, su propósito es participar en el necesario debate sobre las políticas y prácticas educativas interculturales contribuyendo en lo posible a mejorarlas. La motivación que les ha llevado a realizar una rigurosa investigación y a escribir este libro parte de la constatación del vacío existente en la formación de los profesionales de la educación para responder a la diversidad cultural y lingüística del alumnado, pese al clamor de este colectivo en demanda de orientaciones claras para afrontar tal reto.