Desde una perspectiva foucaultiana, el efecto más importante del sistema carcelario, y de su extensión mucho más allá de la prisión legal, es que logra volver natural y legítimo el poder de castigar. La primera de estas dos series de artículos, crónicas y entrevistas, compiladas bajo el título Crónicas carcelarias. Líneas prostituidas, pretende introducir a la par una reflexión sobre la construcción de lo facineroso en los medios de comunicación y una mirada atenta, plasmada en trazos impresionistas, sobre los principales defectos de que adolece la institución penitenciaria actual, muy particularmente en el contexto de la Bahía de Cádiz. Tenemos que seguir hablando hoy, en los albores del siglo XXI, de cárceles, porque la población penitenciaria aumenta de manera escandalosa, y son más cárceles lo que continúa construyéndose. La dotación de viviendas dignas en las barriadas más depauperadas de la comarca, la educación y la inserción laboral, la reorganización de la policía como un cuerpo disuasorio del delito que no base su eficacia en el número de detenciones, o una política menos hipócrita sobre las drogas, parámetros que delimitan la delincuencia funcional que se analiza en este trabajo, han venido a adquirir una consideración muy secundaria para unas sociedades que parecen fundamentar su seguridad en el desarrollo de cada vez más sofisticados y restrictivos medios de punición. La segunda de las series presta la voz a las obreras del sexo, nuevos sujetos sociales, con cierta pretensión cartográfica, que no las sitúa en el espacio de su interioridad, sino en una red de relaciones con otros. El testimonio de numerosas meretrices de la bahía, de éste y otros países europeos, así como de proxenetas, empresarios de locales de alterne, clientes, feministas, activistas y profesionales en contacto con su realidad, y responsables de políticas de género, intenta arrojar alguna luz sobre el cada vez más emergente debate social en torno a la abolición de la prostitución o el reconocimiento de derechos laborales a las trabajadoras y trabajadores de la industria del sexo.