SULJE VALIKKO
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He aquí una mariquita muy pobre; tan pobre, que en lugar de tener siete puntos negros, solamente tenía cinco. Cuando era pequeña, no se daba cuenta de aquel detalle, pero cuando llegó a mocita, al mirarse en el espejo de las aguas del río, se vio un poco diferente de las otras mariquitas.
Sus élitros sólo tenían cinco puntos negros. Sintió tanta pena, que se puso a llorar con desconsuelo y se fue a esconder avergonzada porque no quería que nedie la viera.
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