La emigración de los habitantes de al-Ándalus, ya sea motivada por problemas políticos o económicos internos, ya sea por la paulatina disminución de su territorio hasta su final desaparición tras la conquista de Granada (1492), tuvo lugar durante un largo período de tiempo: desde el siglo IX hasta la expulsión de los moriscos a comienzos del siglo XVII. Los diversos desplazamientos de la población andalusí se produjeron en dos direcciones: una, hacia los territorios cristianos del norte de la península Ibérica según descienden las fronteras políticas hacia el sur y, otra, hacia los territorios islámicos de la costa sur del Mediterráneo y del Oriente Medio. Por ello, los fenómenos relacionados con la diáspora andalusí constituyen un campo de estudio fascinante para los intercambios culturales. Los andalusíes fueron transmisores culturales de sur a norte y de norte a sur, ya que algunos grupos, como el de los moriscos, viviría primero más de un siglo en territorio cristiano, antes de ser expulsados e instalarse, en su mayoría, en el norte de África. En el legado andalusí depositado por esta diáspora, se encuentran algunos de los principales factores comunes de ambas orillas del Mediterráneo Occidental. Mercedes García-Arenal es Profesora de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Departamento de Estudios Arabes, Madrid). Historiadora del Occidente musulmán, se ha dedicado, entre otras cosas, al estudio de sus minorías. Entre sus libros dedicados a estas cuestiones : Inquisición y moriscos. Los procesos del Tribunal de Cuenca, Madrid, SigloXXI, varias ediciones; ha editado Conversions islamiques. Identités religieuses en Islam Méditérraneen, Paris, Maisonneuve et Larose, 2001; con G. Wiegers, Entre el Islam y Occidente: vida de Samuel Pallache judíos de Fez, Madrid, SigloXXI, 1999 (traduccion inglesa, A Man of Three Worlds, Baltimore, Johns Hopkins, 2003).