Los procesos inquisitoriales constituyen un material único -si bien no suficientemente explotado- para el estudio de las creencias y del modo de vida de la minoría morisca. A través de los procesos se puede calibrar el grado de conocimiento religioso de los inculpados y las causas por las que la Inquisición les perseguía, cuáles eran sus costumbres y las características de su constante enfrentamiento con los cristianos viejos, qué penas les imponía la Inquisición y la trayectoria de la represión de que eran objeto. Los procesos conquenses estudiados en este libro (parte de la tesis doctoral de la autora) proporcionan una imagen vívida de lo que era la minoría morisca en Castilla y de los problemas que planteaba. El medio millar de procesos incoados por el Tribunal de la Inquisición de Cuenca a los moriscos de sus distritos desde su conversión (1502) hasta la expulsión (1610), que analiza M. García-Arenal, plantean una pregunta inicial: ¿por qué la Inquisición se ocupó tanto de este grupo conquense, pobre e ignorante? Asentados entre tres núcleos moriscos importantes -Aragón, Valencia y la Mancha-, recibieron ciertamente la influencia de estos grupos. A partir de la documentación conservada en el Archivo Diocesano de Cuenca se pueden matizar y perfilar no pocas ideas establecidas acerca de los moriscos, además de completar otras sólo esbozadas o insinuadas. Los procesos contra estas gentes, ayunas de conocimientos religiosos, permiten rastrear los avatares de su vida cotidiana y cuáles eran sus problemas de convivencia frente a la población de cristianos viejos: dos grupos cultural e incluso económicamente diferenciados, que sustentaban sus diferencias sobre una base religiosa. Mercedes García-Arenal nació en Madrid (1950). Es doctora en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente trabaja en el Instituto Miguel Asín Palacios, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.