Se ha dicho por parte de algunos autores que el llamado 'problema del mal' viene a ser como la roca firme donde en último término se apoya el ateísmo y a la vez la cuestión que atormenta a los teólogos. En efecto, la cuestión del mal es un tema candente y siempre actual de la filosofía y la teología cristianas. La experiencia propia y ajena de la dramática y abrumadora presencia del mal con sus dolorosas consecuencias, muchas veces extremas, nos impiden olvidar o dejar de lado esta enconada cuestión. Más todavía si somos cristianos, que sabemos que Dios es Amor y Padre de todos los hombres, lo cual hace más incomprensible la conducta divina de permisión o quizá de ausencia en los padecimientos humanos, hasta darnos la impresión de que Dios deja a sus criaturas que sufren abandonadas a su suerte. Atendiendo más al pensamiento que a la erudición, pero a la vez fundamentando sus posiciones en la Palabra de Dios, la tradición teológica y la doctrina del Concilio Vaticano II, este libro ilumina la problemática del mal de la manera más eficaz. Escrito desde la razón y también desde la fe, quiere servir de ayuda para que los creyentes puedan responder ante sí mismos y ante los demás a las preguntas que sobre nuestro Dios son inevitables dada la frecuente y muchas veces brutal presencia de los males físicos y morales en nuestras vidas y en nuestro mundo.