La argumentación forma parte de nuestra vida, de nuestra actividad lingüística. Necesitamos convencer a los otros de lo que pensamos o queremos, tanto en nuestro devenir cotidiano como en situaciones más ''formales'': en nuestro trabajo académico, en lo jurídico, en lo político, en la publicidad... Nos pasamos gran parte de nuestro tiempo ''argumentando''. En esta obra nos hemos acercado a los mecanismos lingüísticos para ello. Estos no solo nos muestran la interdependencia de la lengua con el entorno comunicativo y social (enfoque pragmático), sino que nos lleva a la conclusión de que tenemos que tener en cuenta esta dimensión argumentativa para definir muchas de estas estructuras. Si no, corremos el riesgo de no hacer una Lingüística completa. Para el análisis se trabaja con todo tipo de textos (periodísticos, publicitarios, políticos, orales ... ), que nos permiten un diseño amplio de la realidad social de la comunicación. En ellos encontramos las distintas estructuras que utilizamos para convencer, así como elementos altamente rentables como los atenuativos, los medios de aserción tajante, conectores y operadores que indican la orientación de nuestra argumentación y aumentan o disminuyen la fuerza operativo de lo dicho. Desde procedimientos de organización textual hasta diminutivos, entonación, relacionantes, elementos léxicos diversos..., colaboran para llevar al receptor a una determinada conclusión.