A través de las páginas de este libro, el pastor Claudio Freidzon invita a visitar el taller de Dios y ser parte de esa obra transformadora que ocurre cuando el alfarero rompe el vaso y lo hace de nuevo. Aunque la experiencia resulte dolorosa, el lector comprederá que para tener un crecimiento espiritual es necesario hacer una cita en el taller de Dios.