Había una vez, en un remoto sur español, un pueblo blanco llamado Arquía de la Millación. Allí vivían: el maestro, enamorado de una inalcanzable estrella de cine; Conchita, una prostituta que quería ser madre; Don Adolfo, un pianista que inventaba un pasado mejor para su hijo; Mónica Portugal, la folclórica que fascinaba con su voz.
Pero Ocho años de silencio no es una novela sobre un pueblo andaluz, ni sobre los inolvidables personajes que lo habitan. Tampoco es otra novela sobre la Guerra Civil; ni tan sólo es una novela sobre el largo silencio en el que quedaron sumidos sus habitantes tras un cruel castigo. No es tampoco un cuento ingenuo ni una novela trágica, aunque tenga la magia de los cuentos y la épica de una gran novela.
La única manera de conocer Ocho años de silencio es adentrarse en su arrebatadora historia. Y por eso te animamos a sumergirte en su mundo, que tiene la textura y el encanto del recuerdo de lo que un día nos contaron nuestros abuelos.