Jean de Perrier continúa su estancia en Portugal al tiempo en que la familia de Moshé, pasado el periodo del duelo judío, se moviliza para tratar de descubrir al autor del asesinato.Con el apoyo del guardián franciscano, pronuncia una serie de homilías con la idea de que, de forma discreta, el Temple portugués se ponga en contacto con él; esas homilías consiguen el fn apetecido, amén de otro resultado del todo inesperado, pues una dama va a escucharle. Mediante una misiva, la viuda de Moshé Elifás le cita en su casa.En varias visitas que le hace, tiene ocasión de conocer profundamente la elevada capacidad intelectual y el altísimo nivel personal que Judit reúne en sí. En el convento franciscano lisboeta, el bailío del Temple le hace una breve descripción de la historia del temple portugués y junto al guardián del convento, los tres trazan un plan para entrevistarse con el rey Dom Dinis.Luego de la entrevista con el rey, el capellán templario visita por última vez a Judit para despedirse de ella y esta le habla de un herbolario árabe afncado en Sevilla que desea conocerle. Así pues, les prepara una entrevista en su casa…Grande llegará a ser la amistad entre el árabe y el capellán, y juntos emprenderán viajes por la geografía del reino de Castilla y entablarán jugosas conversaciones que darán al lector una clara idea del ambiente cultural e intelectual de su tiempo.En Trujillo, ambos personajes se despiden para no volver a verse jamás, pero tanto Kalib como Jean de Perrier albergarán en su mente y corazón el recuerdo de sus amigos de las «otras» religiones, lo cual les dejará una vida distinta por vivir. A Kalib en Sevilla, donde residirá y no saldrá más como no sea para alcanzar el prometido al-yanna, y al capellán templario en un convento franciscano en Santa María de la Pugliola, en Bolonia, Italia.