Viajar a Portugal siempre es una delicia. Lo malo es que, nada másllegar a casa, te encuentres con que se ha declarado una pandemiamundial porque los chinos se han comido un bicho muy feo, según titaCarmen. Algo asumible. Pero mucho peor es lidiar con que tu tíay madrina, de la que eres único heredero, decida a sus nosecuantosaños iniciar un noviazgo a la antigua usanza con intención decasarse, pase lo que pase, mientras tu padre, aburrido por elconfinamiento que le impide salir a la calle a diario como es sucostumbre, se dedica a organizar porras con los amigos del Club,usando las nuevas tecnologías, tu madre decide asumir el mandounificado de la familia y el mundo se hunde a tus pies porque se podrá teletrabajar pero no se puede telebarzonear ni teleirse demedios y aperitivos. Y así, el confinamiento se convierte en una duraprueba que se relata en estas sentidas memorias llenas de buenhumor y desvarío.prologo de Javier Santamarta Del Pozo