El libro ilustra una serie de doctrinas constitucionales, es decir, de doctrinas que en distintas épocas han tomado la constitución como objeto propio, entendida ésta como ordenamiento general de las relaciones sociales y políticas. Releer estas doctrinas significa penetrar en el tejido vivo de la historia constitucional: desde la polis griega del siglo IV a.e. a través de los reinos, los territorios y las ciudades medievales, hasta los Estados nacionales y las democracias de los últimos siglos. En la Edad Moderna, que ocupa la mayor parte del ensayo, la reflexión sobre la constitución encuentra grandes novedades antes desconocidas: los poderes soberanos; las revoluciones y el poder constituyente; los derechos individuales, que precisamente se quieren garantizar por medio de la constitución, y los Estados nacionales y las democracias contemporáneas. Fioravanti no intenta narrar un suceso unitario, cuya historia pueda desarrollarse desde unos presuntos orígenes antiguos hasta los resultados actuales. Al contrario, narra una pluralidad de sucesos con el intento de reconstruir cada uno de ellos al significado que deriva de su pertenencia a un tiempo histórico preciso, con su propia originalidad y realidad específica. Sobre esta base cada lector valorará a su manera las conexiones que existen entre las distintas épocas y sentirá como más o menos actuales las soluciones ofrecidas en épocas incluso muy lejanas a la nuestra.